YA EN LA CALLE LA ÚLTIMA EDICIÓN DE LA NEVERA, EL LIBRO ABIERTO EN EL QUE PUEDES PARTICIPAR.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Por favor


Crédito de la imagen

Matías llevaba un par de años temiendo aquel momento. Tarde o temprano ocurriría pero nada de malo había en intentar postergarlo: Pilates, crema anti edad, vaqueros, litros de Grecian 2000.
Quien busca el peligro en él perece –solía pensar Matías y evitaba tomar los transportes públicos atestados, las horas punta de los consultorios.
Fue a bocajarro, en un autobús interurbano al que se subió precipitadamente. Siéntese –le dijo cortésmente una veinteañera cediéndole su asiento.
Tenía una sonrisa dulce, cara de no haber roto nunca un plato. Para que te fíes de nadie...

jueves, 23 de septiembre de 2010

HOJAS DE OTOÑO



EMIGRAS A TU REFUGIO
CON INGRÁVIDO ALETEO
BRILLANTINA MULTICOLOR
ES INDICIO DE TU ADIOS.

DANZAS CON LAS HOJAS DE OTOÑO
QUE IMITANDO TU VUELO
CAEN SILENCIOSAS
SIN QUERER ROZAR EL SUELO.

VOLVERÁS TRAS LAS FRÍAS NIEVES
EXACTO RELOJ DE ARENA
MEDIDA DE LAS ESTACIONES
RETORNO DE TU HUELLA

EL TIEMPO REPLEGANDO ALAS
PASARÁ VOLANDO A MI LADO
MOMENTOS DE METAMORFOSIS
CRISÁLIDA DE EMOCIONES.

SUBLIME ESPECTÁCULO
"LAS HOJAS DE OTOÑO
SE LAS LLEVA EL VIENTO
BAILANDO CON MARIPOSAS".

PASEANDO POR LA HOJARASCA
ADIVINO TU SILUETA
VELOZ HACIA EL HORIZONTE
MIENTRAS YA TE ESPERO.
He comenzado a recoger mis hojas caídas para recibir al otoño. Las pondré a buen racaudo para que no se las lleve el viento del norte, al igual que los recuerdos, hacia la noche fría del olvido. El invierno con sus nieves pasará pronto y la primavera de nuevo traerá mariposas a posarse sobre las hojas verdes y frescas.

Como música para este otoño he elegido "Les Feuilles Mortes" de Jacques Prévert, canción a la que puso música Joseph Kosma en 1945, convirtiéndola en un mito de la canción francesa. Grandes intérpretes han versionado dicha canción, Yves Montand, Charles Aznavour, Edith Piaf, Mireille Mathieu, Teresa Berganza, Andrea Bocelli... Cantada por este último se puede comprobar que es un regalo para la sensibilidad.



"Autumn Leaves" es su versión inglesa. La letra para la misma fue escrita en 1947 por el compositor Johnny Mercer, convirtiéndose en un estándar del pop y del jazz. La han interpretado también memorables figuras de la canción como Nat King Cole, Frank Sinatra, Matt Monro, Doris Day, Eva Cassidy, Eric Clapton, Placido Domingo, Louis Armstrong ...Os puedo asegurar que es difícil elegir.



Todos estos intérpretes han puesto voz y corazón a una canción que habla de AMORES PERDIDOS, DE FELICIDAD PASADA, DE MELANCOLÍA, DE RECUERDOS, DE HOJAS CAIDAS,...DE OTOÑO.


Como repuesta a Mari Carmen inserto esta bella canción. Benito Lertxundi también supo dejar volar sus palabras al viento como hojas de otoño de bellos colores.

domingo, 19 de septiembre de 2010

HOY NO ES UN DÍA CUALQUIERA

La frase que da entrada a esta crónica es el título de un programa radiofónico que se emite los sábados y domingos y que dirige de forma impecable Pepa Fernández. Es un programa matutino que desde hace más de diez años me acompaña con su arrullo en esos momentos sin prisas. Esos instantes que las sábanas parecen ser nubes de algodón. Dicho programa fomenta la cultura en todos sus aspectos e incide en los temas de actualidad. Uno de los múltiples apartados es la tertulia de las 10 de la mañana.
Hoy no iba a ser un día cualquiera. El despertador había sonado hacía unos minutos. Hoy era día de feria agrícola en Muskiz. Como todos los previos de otoño, los baserritarras exponen sus mejores productos para ser degustados e intentar ser los elegidos para ser comprados por los visitantes. Nosotros no íbamos a faltar a la cita.
En ese duermevela de los últimos minutos en la cama y con sonido de fondo el programa “Hoy no es un día cualquiera” nos acercábamos al noticiero de las 9:00. Una de las noticias hacía que hoy, tristemente, el título del programa se hiciese realidad. Daban la noticia del fallecimiento de José Antonio Labordeta, contertulio en muchas ocasiones de dicho programa y por lo tanto para mi buen compañero de viaje por la vida.


Podría alargarme hablando de su talento y talante en sus facetas de profesor, poeta, cantautor, político… Sin embargo me voy a quedar con la calidez y calidad humana. Aquella que hizo que mientras él llevaba a su país en la mochila, cada una de las personas a las que él llegaba metiese unas palabras o gestos suyos en las suyas. Defendió con ahínco la libertad y la democracia de la mejor manera que se puede hacer, con el ejemplo. Luchó por su pueblo y sus raíces de ese modo elegante, sencillo, crítico, irónico e inteligente que pocos saben hacer. Fue un tierno cascarrabias que llenó la tribuna del Congreso con momentos memorables de poesía

Querido Labordeta, la noticia no nos ha pillado de sorpresa. El cáncer te había visitado y no quiso marcharse sin ti. El pasado día 6 de setiembre te vimos en tu último acto público. Altos cargos del Ministerio se acercaban a condecorarte. Esa losa que a veces empiezan a mover de manera, por lo menos en tu caso, innecesaria. Tú ya llevabas en la mochila el cariño y reconocimiento de tu pueblo aragonés y el de todos los que tuvimos la suerte de compartir tus vivencias en algunos momentos de nuestras vidas. Hoy no es un día cualquiera, hoy es el día en el que pasarás a formar parte de nuestra memoria. Ese lugar donde quedan impresas las cosas y personas que trascienden más allá de lo material.




Pensando que sería muy difícil recordarle como él pidió que lo hiciésemos, “como un árbol batido, como un pájaro herido, como un hombre sin más”, nos preparábamos para acudir a la feria. Hoy el hecho de ponernos la mochila, para ir en busca de productos de los campesinos con los que él tanto conversaba, ha ido acompañado por un gesto de ternura impregnada por una incipiente nostalgia.

En la feria, como todos los años, hemos hecho acopio de productos para surtir nuestra despensa. Queso, fruta, productos de chacinería curados, pan de horno de leña. No hemos olvidado los frutos secos que nos indicaban la proximidad del otoño.
Tras la entrega de premios a los mejores caballos de la zona, hemos disfrutado de momentos brillantes de exhibición equina. Primeramente varios turnos de doma vaquera. A continuación baile de pasodoble de un caballo con una pequeña bailarina para continuar con otro pasodoble pero esta vez con tres parejas.


El baile del pañelo ejecutado por una pareja de jinetes ha sorprendido por su belleza.
A reseñar que en este espectáculo danzaba un preciso caballo blanco que se ha quedado ciego pero que, tras años con el mismo jinete, debido a la perfección y la sincronía en los pasos este detalle ha pasado totalmente desapercibido para los espectadores que no lo sabían.

Sin apenas darnos cuenta, la mañana nos ha poseído. Era hora de abandonar el abarrotado recinto ferial. El sol, como intentando evitar que hoy fuese un día triste y gris, ha querido acompañarnos en el día de hoy, que no ha sido un día cualquiera.



martes, 14 de septiembre de 2010

Septiembre


y cuando en la pizarra pasa lista el profe de latín...
Joaquín Sabina


Como cada curso, al volver a las aulas, me asalta el miedo. Hace años era el miedo a que aquellos adolescentes me cogieran la sobaquera o se me subieran a las barbas.
A aquel temor lo ha ido sustituyendo otro. Tengo un miedo cerval a defraudarles. Utilizan para comunicarse las nuevas tecnologías; en lugar de leer, escanean; poco o nada los atrapa o fascina pues a través de sus pantallas reciben una información mucho más atractiva y sorprendente que la que yo les ofrezco en la pizarra; ellos y ellas tienen siempre quince años y yo uno más.
Todos los cursos, al volver al aula, me asalta el miedo a que pasados los primeros días empiecen a escucharme con condescendencia, bostecen y giren la vista hacia la ventana.

domingo, 12 de septiembre de 2010

EL BANCO


.
..........Un hombre sentado en un banco. Un banco atragantado de hombres. Un hombre con los pies en el suelo. La cabeza rota de vino. Un sueño que sombrea una…
.
..........mejilla roja. Un banco oliendo a uva y tristeza, amarrado al pecado de un hombre solitario que no se despierta. Un hombre que sabe del banco y la piedra.
.
..........Y El Banco, alzado con piedras, lleno de dinero sucio y de sudor, cae sobre la sombra y la soledad del hombre, y del banco, y de La Historia.
.
.
.
.
.
.
.
NOTA.
Me pide Mari Carmen Azcona que comparta con todos los amigos de LA NIEVE este poema, EL BANCO, que está en la página 36 del libro cuya imagen tenéis más arriba. Y yo encantado: ¡cómo no! Si queréis leer más, pincha aquí para acceder al texto completo. Un abrazo a todos.




viernes, 3 de septiembre de 2010

TRAS LAS PISTAS DE JOAN MIRÓ

Habían pasado varios días desde nuestra llegada a Cataluña. Nos habíamos embriagado con los aromas marinos, nos habíamos dejado acariciar por las olas, los dorados granos de arena habían brillado adheridos a nuestra piel, dinámicos paseos por el campo y la playa se habían ido alternando con momentos sedentarios de atenta y relajante lectura.
Una noche tormentosa, con abundante aparato eléctrico, daba paso a una mañana algo más fresca. Había llegado el momento. Procedía iniciar uno de los encargos que traía en el equipaje.
Cuando me despedí del foro, comenté que teníamos intención de seguir las pistas de Dalí por Gerona. Fue entonces cuando nuestro compañero Sergio Astorga-ser magnánimo al que admiro profundamente, además de agradecerle el haber conseguido palabras que nunca pensé escribir-en su despedida me encomendaba no olvidarme de Miró. No lo había hecho.
Estábamos en uno de los vértices del triángulo mironiano-Palma, Barcelona y Mont-Roig-. Precisamente en esta última localidad, a unos treinta kilómetros de Tarragona capital.
Teclead para que os acompañe en el viaje una deliciosa melodía.


El inicio de las pistas de Miró comienza en la estación de Mont-Roig, situada cercana a la costa y a unos doce kilómetros de dicho pueblo. A día de hoy en uso como apeadero de trenes de cercanías. A esta estación llegaría Miró en 1911, con 18 años, con el fin de recuperarse de una larga enfermedad.
Desde aquí, con mi compañero de muchos viajes, me disponía a hacer el itinerario 3MR (MiRar, MiRó, Mont-Roig) a través de “los originales de los originales”. Se trataba de visitar el itinerario mironiano de Mont-Roig e ir observando los lugares actuales. Aquellos dónde, en el pasado, el pintor intentó atrapar en un lienzo la bella estampa del entorno natural. Maquina de fotos en mano, estaba dispuesta a fotografiarlos. Mi intención, mostrarlos a la vuelta al lado del cuadro original.

A un kilómetro de la estación, se encuentra el puente que inmortalizó a los veinticuatro años de edad. El camino que pasa por debajo estaba constituido por barrancos que conducían al mar. Miró los bajaba corriendo. Todavía hoy se mantienen los aromáticos hinojos, la pita-planta robusta que se encuentra en los barrancos mediterráneos y que sólo florece cuando va a morir para esparcir sus semillas-, las majestuosas higueras ...
"El puente" (1917)
Este puente ferroviario lo habría de pasar por debajo cada vez que se dirigía a la playa de la Pixerota. Pudimos comprobar que todavía existen las cañas floridas con sus blancas plumas y los pinos fronterizos con la arena de la playa.
"Playa La Pixerota" (1916)En la misma dibujaba en la arena, con cualquier rama seca, sus estrellas y otros símbolos, recogía conchas, piedras o raíces secas que le llamasen la atención y hacía ejercicio para mantenerse en forma.

Seguimos la ruta con intención de visitar la masía que su padre había comprado un año anterior a su llegada. Una extensa finca, situada entre el pueblo y el mar, con una gran casa blanca culminada por una torre. Con ocasión de Hemingway visitar a Miró en esta finca, dijo que su construcción le recordaba a las de Cuba. Siguiendo las indicaciones de los lugareños nos situamos al lado de la casa. Una mujer salió a recibirnos y nos dijo que estábamos en zona privada. La ilusión nos impidió ver la señalización que había. Amablemente le comenté mi interés por fotografiar la estancia y me dijo que de ninguna manera. Su familia cobra sueldo y derecho a vivienda por parte de los herederos del pintor a cambio de cuidar y preservar la masía de los ojos de curiosos. Notamos que esa decisión escondía algo que ya averiguaríamos más tarde. Le pedimos disculpas y le explicamos que no eramos periodistas, que la visita era a nivel particular y que nos dejase al menos mirar por unos minutos lo que Miró había representado en su obra pictórica. Accedió. No os podéis imaginar el cúmulo de sensaciones. Ver a un lado de la gran casa el taller en el que se gestaron lienzos de mil colores. Viendo nuestro interés, nos comentó que de la Fundación Miró, a través del Centro Miró sito en el pueblo, obtendríamos amplia información que ella no podía darnos. Tras abandonar la finca, no me resistí a intentar sacar fotos desde la distancia. Para ello me situé, ya en la lejanía, en un puente de la carretera comarcal. Entre los arboles se ve perfectamente parte de la fachada lateral de la estancia.
"La masía Miró"(1921-1922)

De nuevo en el coche, observando la tierra labrada que el pintor había representado con abundante estallido de figuras y colores, nos dirigimos al pueblo.

"Tierra labrada"(1923-1924)
Según nos ibamos acercando al pueblo de Mont-Roig, a lo lejos ibamos adivinando su iglesía.

"El pueblo de Mont-Roig" (1916)
Un paseo por el pueblo nos permitió descubrir que el mismo estaba impregnado por el espiritu de Joan Miró. La plaza del pueblo lleva su nombre y la Iglesia Vella ha sido restaurada para albergar en su habitáculo interior el Centro Miró. En esta ocasión inserto dos fotos ya que no la pudimos fotografiar entera debido a que en la actualidad justo enfrente hay una estrecha calle peatonal y edificios.
"Iglesia Vella-Centro Miró" (1919)
Nos comentaron que el Ayuntamiento había hecho intento de comprar la masía Miró. Del mismo modo, que había habido intento por parte de la entidad bancaria La Caixa-el logotipo de la misma es de Miró-resultando ambos infructuosos. La masía está en venta pero no hay comprador que de momento cumpla lo requísitos que imponen los herederos del artista. En ese momento entendimos el secretismo por parte de la masovera al hablar con ella en la finca. Sintiéndonos afortunados pues no todos los que aparecieron por allí tuvieron el mismo trato que nosotros.

Los elementos básicos del Centro Miró son:
-Las reproducciones facsímiles de los cuadros de Miró relacionados con Mont-Roig.
-El tapiz de Joan Miró y Joseph Royo que la familia donó al pueblo en el Centenario del nacimiento del pintor en 1993. Esta es una de las pocas piezas originales patrimonio de la fundación.
-Los seis ninots micronianos. Hay dos grandes (el Gegant y la Geganta) y cuatro pequeños: el Gall, l’Òliba, el Titolot, el Mosquit, la Formiga y la Carabassa; éste último es el único que se repite exactamente respecto a los de “Mori el Merma”. El Gegant es el gallo; va vestido de tierra y representa el día. La Geganta es la lechuza, que va vestida de azul y simboliza la noche. Los cuatro cabezudos tanto pueden ser mozos traviesos, como insectos malignos, seres vegetales o criaturas del sueño.
En la decoración de los Ninots participaron niños y niñas de Mont-roig. La idea original de Miró de que los Ninots fueran los elementos de un pasacalle, se ha hecho realidad en Mont-roig. A menudo salen en las principales fiestas del pueblo. Cuando descansan, lo hacen en el Centre Miró, como vigilando el espíritu mágico que se engendra de la conjunción Miró / Mont-roig.

Tras sentir, por medio del visionado de dos video, la parte más humana de Miró- uno con declaraciones por parte de los vecinos más ancianos del pueblo y el otro con una entrevista al mismo pintor-, nos quedaba viajar a uno de los parajes más bellos que el artista visitó frecuentemente y que, debido a su belleza natural, dejó reflejado en un cuadro en 1916. Me refiero a la montaña roja que da nombre al pueblo de Mont-Roig. En ella se levanta la ermita de la Mare de Déu de la Roca. Por encima sobresale, casi colgando en el vacío, la capilla de San Ramón. Esta montaña de arenisca roja, que alberga la imagen de la Virgen negra encontrada en una de aquella cuevas, inspira una gran devoción, y en ella confluyen historias antiguas de un “rey moro”, y la muy verosímil teoría de que las formas de estas cuevas sirvieron de inspiración a Gaudí.
"San Ramón" (1916)

Tras tres días de intensa busqueda y disfrute de todos los sentidos, dimos por terminado el itinerario de las huellas de Miró. Fue una etapa dónde se fusionaron los colores. Los de Miró, tal y como los sintió, con los de los libros que me habían acompañado en este viaje.

Recogí piedras rojas en la montaña de Mont-roig y las llevé lo más cerca que pude del mar de rojos corales. Gracias Emilio Porta por la calma, y los momentos de reflexión interior que me proporcionó la lectura de tu libro "Corales". Te puedo asegurar que lo leí lo más cerca del mar que pude pero alejada del bullicio estival. Con tal título, no podía haber sido de otro modo. La música de fondo la pusieron las olas con su suave vaivén.


En la playa Pixerota, aquella que Miró usaba como mirador del cielo y el mar, me deje acariciar por las olas. Gracias Jose Antonio López Rastoll por permitirme pensar, sonreir y reir, con la lectura de tu libro "El mirador". Guardaré, como el secreto más preciado, lo qué descubrí debajo de esa sutil e inteligente capa de ironía que utilizas cuando escribes.

Con la lectura del libro "Leña y papel", de Alejandro Pérez García, soñé con unos personajes, sufrí por otros. Para algunos tuve opción de elegir el color de su camino, desde luego que fue un verde esperanza. Gracias Alex por regalarme la oportunidad de percibir a seres maravillosos, unos cercanos y otros más lejanos, descritos con las palabras dictadas al ritmo del pálpito de tu tierno y noble corazón.

Sergio Astorga, se te antojó que saludara a Miró cuando iba en busca de Dalí. Resultó que, como el saludo se nos quedaba corto, nos quedamos tres días a conocerle mejor. Sólo tenemos palabras de agradecimiento hacia ti por habernos situado en el centro de un maravilloso universo que inundó nuestras vidas de mil colores y sensaciones. Según Miró el amarillo es el color de la ilusión. Se me antoja que esa ilusión no te falte nunca para que la sigas plasmando, a tu antojo, con palabras y pinceles. Con respecto a los colores, sólo queda señalar que Miró concebía el color negro como oposición al rojo y lo usaba como equilibrio. Ese equilibrio bien pudiera haber sido el de las noches de luna llena muy cerca de la orilla del mar. En ese Mar Mediterráneo que tanto marcó su obra.


Nuestra siguiente etapa sería Gerona tras las pistas de Dalí.