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martes, 6 de diciembre de 2016

51 EDICIÓN DE LA FERIA DEL LIBRO Y DISCO VASCO DE DURANGO

La imagen del Anboto, en el que la mitología vasca fija la morada principal de Mari, la Dama de Anboto, convirtiéndolo en un monte casi sagrado, ya hacía presagiar que nos acercábamos a Durango. Y no precisamente en un día cualquiera.
Se trataba de acudir a la 51.DURANGOko AZOKA, la  feria más importante del libro y disco vasco. Este año llegó  antes que en anteriores ediciones y con buena carga de novedades literarias y musicales. Bajo el lema “Bizitzekoa da”(es para vivirla) los organizadores hacían extensiva la invitación a la población vasca por todos los medios de difusión.
Comentaros que por estas fechas, si estoy en Euskadi-ya que suelo acudir a Cataluña y aprovecho a traer reservas para la fiestas directamente de una cava de San Sadurní de Noia-, no falto a lo que para mí es un evento del que he mamado desde bien joven y al que, además, me da mucha satisfacción ver que ahora también son nuestros dos hijos los que acuden por su cuenta. Desde pequeñitos, bien cogidos de la mano para no perderles, daban vueltas entre los stand para decidir por qué cuento se decantaban. De más mayores por qué libro o grupo musical. 
Para que os hagáis una idea en cifras de la magnitud de la feria, deciros que en total se han presentado 349 novedades en los 246 stands, 45 presentaciones de libros y más de 200 actos culturales como conciertos, coloquios, proyecciones, programas infantiles, talleres, espectáculos, etc. Todo ello en 700 metros cuadrados y a escasos minutos un acto de otro.
Como la feria da mucho de sí, el programa se estructura en diversos espacios todos en el entorno del gran recinto del Edificio Landakao.
Areto Nagusia, -salón de actos para coloquios, charlas y mesas redondas-. Había que andar bien de espabilados porque el aforo para los diferentes actos se llenaba enseguida.
 
 Ahotsenea-para presentaciones de escritores y grupos musicales-.
Saguganbara-espacio dedicado a la cultura vasca-.
Plateruena-lugar idóneo para tomar café, juntarse con amigos y disfrutar de conciertos-.
Irudienea-espacio de los audiovisuales-.
 Kabi@-espacio de la cultura digital-.
Como en anteriores ocasiones, la visita me supo a poco. Yo directamente me instalaba en Durango los cinco días, con la programación en mano, para vivir de principio a fin esta oportunidad. Con todo, exprimimos el tiempo y el espacio al máximo. Como prueba, unas pinceladas de la presencia y palabras de algunos autores conocidos y reconocidos.

Libros y más libros.
Y más autores a la espera de su público.
Por mi parte, el mayor aplauso de la tarde para Aritza Bergara. Asumiendo el gran coste de los libros y la importancia de darse a conocer, hacía descuento dependiendo de si te llevabas uno, dos o tres de su saga.
Gente y más gente.
No podía faltar la visita al stand de la editorial Erein. En el mismo, Jon Arretxe con su nueva edición, de las aventuras del detective africano Touré, Sator Lokatzak. Jon, de conversación agradable y excelente comunicador, me comentó que la obra se presentará próximamente en Bilbao y que ya están a la espera de la traducción al castellano de la misma. Decir que Jon, a día de hoy, es uno de los pocos escritores vascos que vive de la Literatura. Y yo presumo de haberle seguido desde que le leía mi alumnado y posteriormente mis hijos. Me gustaba como escribía para ellos y ahora me gusta como escribe para mí.
 
Es de reseñar que  la escritora Toti Martínez de Lezea ha presentado como novedades de este año el libro para adultos "Tierra de leche y miel" y la doceava entrega de la saga juvenil "Nur", y como siempre ha  mantenido una larga cola de gente que llegaba hasta la calle, deseosa de regresar a casa con uno de sus libros firmados. 
Como inesperado, decir que me hizo mucha, pero mucha, ilusión encontrarme en el recinto con el escritor Félix G. Modroño. No hacía muchos días que había acudido a la presentación de su último libro en Portugalete, Sombras de agua.
La jornada iba llegando a su fin, el cielo de Durango estaba totalmente oscuro pero yo destellaba luz por el día tan intenso que habíamos vivido. Ya solo quedaba la visita a la Euskal Denda, con alimentos artesanos y artesanía vasca,  y reponer fuerzas, con el consabido talo con chorizo y txakoli, antes de proceder al viaje de retorno a casa.
 

5 comentarios:

  1. No hay nada como perderse en una feria con el espíritu abierto y el reloj en el bolsillo. Por mi tierra, surgen de todos los colores, claro, pero nunca de libros y discos a la vez. Veo en la crónica que te gusta hablar con los escritores, buscar el lado humano. Haces bien. Escribir es hablar, pero con más cuidado.

    Un abrazo.

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    1. Jose, esta feria está muy arraigada en el pueblo euskaldún. La gran mayoría de las publicaciones, tanto musicales como literarias, son en euskera. Cuando me sumerjo entre la multitud de gente, así como entre todo lo editado, me siento privilegiada por ser bilingue. Y sí, me gusta poder charlar y cambiar impresiones con algún que otro escritor. Ellos se deben a su público y yo abuso unos minutillos de ello.

      Un abrazo.

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  2. Qué placer ver a tantas personas mirando, rebuscando, eligiendo… interesándose, aunque sea solo durante unos días, por las novedades literarias y musicales. Viendo estas imágenes, podría decirse que la cultura vasca está en alza, hecho del que debemos alegrarnos.


    Gracias, Alicia, por capturar alguna de esas instantáneas y compartirlas con los que, por desgracia, no pudimos acudir.

    Un beso grande

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    1. Mari Carmen, es verdaderamente alucinante la participación de la gente en esta feria. Hablando con los escritores, también es verdad que quedó patente que fueron muchos los libros presentados pero pocos los que fueron mayoritariamente elegidos para ser adquiridos. Es por lo que pocos de los escritores que por allí se prodigaron pueden decir que viven solo gracias a su producción literaria. Es lo que hay.

      Un abrazo.

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  3. Otro año que no he podido estar, lo de la ubicuidad lo llevo fatal... ¿Pero qué digo? Si acabo de disfrutar de la feria de tu mano, Alicia? Impagable la crónica. Un abrazo.

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